El primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, ha insistido este martes en que la única forma de lograr un alto el fuego duradero en Gaza pasa por la liberación de los rehenes que todavía siguen en manos de Hamás. “Está claro que un alto el fuego no va a durar si los rehenes siguen retenidos. Y tampoco si Hamás, cuyo objetivo declarado es destruir Israel, sigue siendo capaz de operar en túneles subterráneos y de lanzar ataques con cohetes”, ha señalado Sunak en una comparecencia ante el Liaison Committee, un comité parlamentario formado por los presidentes de una docena de comisiones de la Cámara de los Comunes.
El primer ministro ha justificado la decisión de su Gobierno de evitar apoyar un alto el fuego en la Franja —tanto en el Parlamento británico como en las Naciones Unidas— por el derecho de Israel a defenderse de los ataques de Hamás y ha mostrado tibieza a la hora de condenar las numerosas muertes de civiles, que superan las 19.000, según el Ministerio de Sanidad del enclave palestino, en manos de Hamás. Unas cifras que superan ampliamente las víctimas mortales en más de 30 años de conflicto en Irlanda del Norte, según le han recordado algunos diputados. Sunak ha asegurado que Israel debe tomar “todas las precauciones” posibles para evitar la muerte de inocentes, pero ha destacado que gran parte de la responsabilidad recae sobre Hamás por “incrustarse deliberadamente” entre la población civil.
El Gobierno británico se ha mostrado favorable a las “pausas humanitarias” para permitir la entrada de ayuda a través de los pasos fronterizos. “La apertura del paso de Kerem Shalom es significativa. También estamos explorando corredores marítimos alternativos, que, dados nuestros activos en Chipre, pueden desempeñar un papel destacado. Estamos trabajando por todos los medios para hacer llegar más ayuda a la gente que la necesita”, ha señalado Sunak. El ministro de Exteriores británico, David Cameron, se ha desplazado este martes a París y a Roma para abordar la crisis humanitaria en Gaza con el presidente francés, Emmanuel Macron, y con su homólogo italiano, Antonio Tajani.
Deportaciones a Ruanda
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Más allá de la posición respecto al conflicto en Gaza, la comparecencia de Sunak ha abordado otros temas delicados para su Gobierno. La presidenta de la comisión de Interior, la laborista Diana Johnson, ha sometido al primer ministro a un tenso interrogatorio sobre la política migratoria del Ejecutivo, centrada en el plan para deportar a Ruanda a los solicitantes de asilo que lleguen al Reino Unido de forma irregular. Sunak ha evitado aclarar si hay alguna aerolínea dispuesta a ejecutar los vuelos al país africano y se ha resistido a aportar datos sobre el coste total del plan. Por ahora, el Gobierno británico ha compensado a Ruanda con cerca de 280 millones de euros, aunque todavía no ha salido ningún vuelo con destino a Kigali.
Sunak también ha evitado fijar una nueva fecha para cumplir con su promesa de detener la llegada irregular de embarcaciones a través del Canal de la Mancha, fijada inicialmente para finales de este año. A pesar de que esta ha sido una de las principales prioridades del Gobierno, por ahora sólo ha conseguido reducir la cifra total de llegadas en un 30%. El primer ministro ha insistido en que se están haciendo avances importantes en ese sentido, aunque la presidenta de la comisión de Interior le ha recordado que la cifra de este año es la segunda más alta desde que hay registros, sólo superada por el récord del año pasado, cuando se registraron más de 45.000 llegadas.
Promesas incumplidas
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La intervención de Sunak ante el Liaison Committee ha servido para hacer un balance del año, en el que ha sido el último día de actividad parlamentaria antes del parón navideño. Un año en el que el primer ministro no ha logrado cumplir prácticamente ninguno de los objetivos que se marcó en enero: reducir la inflación a la mitad, crecimiento económico, reducción de la deuda pública, reducción de las listas de espera en la sanidad pública y acabar con la llegada irregular de embarcaciones a través del Canal de la Mancha.
De las cinco promesas planteadas a principios de año, tan solo ha conseguido reducir la inflación a la mitad, mientras que otras de las metas están lejos de alcanzarse, entre ellas la de reducir las listas de espera en el Servicio Nacional de Salud (NHS). Sunak ha atribuido los retrasos en este objetivo a las huelgas de los médicos residentes, a los que ha criticado por mantener los paros a pesar de que el resto de funcionarios públicos ya han aceptado los aumentos salariales propuestos por el Ejecutivo.
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